5 de junio de 2025 — El Banco Central Europeo (BCE) recortó sus tipos de interés por octava vez consecutiva, en un intento por estimular el crecimiento económico frente al contexto de desaceleración e incertidumbre global. A partir del 11 de junio, el tipo de interés de los depósitos se reducirá 25 puntos básicos, hasta el 2%, su nivel más bajo en más de dos años.

Asimismo, el BCE también redujo sus otras tasas de referencia:

  • Operaciones principales de refinanciación: bajan a 2,15%
  • Facilidad marginal de crédito: bajan a 2,40%

Estas medidas buscan mejorar las condiciones de financiación para hogares y empresas, al tiempo que se enfrentan a los efectos adversos de las tensiones comerciales globales, especialmente aquellas derivadas de la política arancelaria de Estados Unidos, que han comenzado a afectar el comercio internacional y la inversión empresarial.

“Si bien la incertidumbre comercial puede limitar la inversión y las exportaciones a corto plazo, el aumento del gasto público en defensa e infraestructura apoyará el crecimiento a mediano plazo”, indicó el BCE en su comunicado.

El recorte también responde a una desaceleración más rápida de lo esperado en la inflación de la zona euro. En mayo, la tasa de inflación anual se situó en 1,9%, por debajo del objetivo del 2% del banco central y del 2,2% registrado en abril. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, también cayó a 2,4%, desde el 2,7% del mes anterior.

El BCE atribuye esta moderación a varios factores:

  • Fortalecimiento del euro, que abarata las importaciones
  • Reducción en los precios de la energía
  • Debilitamiento progresivo del mercado laboral
  • Incremento en la oferta de bienes desviados de EE. UU. hacia Europa, como consecuencia de los elevados aranceles estadounidenses

Estas condiciones han contribuido a relajar las presiones inflacionarias, dando margen al banco central para implementar políticas más expansivas. Además, el BCE espera que el aumento de los ingresos reales y la firmeza del empleo sigan impulsando el consumo de los hogares, fortaleciendo así la resistencia de la economía europea frente a choques externos.